Muchas veces había dicho eso de "hoy es el peor día de mi vida" pero hoy, realmente lo era. Todo lo que para él había sido su vida, todo en lo que creía, había desaparecido en segundos. Estaba perdido, vacío, como si hubiera apagado el interruptor de su humanidad. Ni siquiera era capaz de sentir rabia o dolor por la pérdida.
En medio de ese desmoronamiento, como si de una aparición paranormal se tratase, ahí estaba ella. Tuvo que mirar dos veces para creer que aquello no era fruto de su imaginación. La observó durante unos largos minutos, mientras ella permanecía ajena a todo. Él simplemente no podía dejar de mirarla, pensando que era imposible encontrar a una mujer más guapa que ella.
De pronto, el mundo desapareció, el tiempo se detuvo. Ella le miró y le dedicó la sonrisa más bonita que había visto. El interruptor de su humanidad estaba de nuevo encendido. Para él, aquello fue más que un regalo, fue esperanza.
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